| Summary: | Saber desde un comienzo que el diálogo es la vía privilegiada para el ejercicio de la fi losofía es la fortuna de quienes se iniciaron en esta disciplina leyendo a Platón. Quienes se iniciaron leyendo a Descartes supieron tempranamente, en cambio, que la fi losofía es un ejercicio solitario, y que el privilegio lo tiene la conciencia cuando se relaciona consigo misma para pensarse a propósito de esa misma relación. Seguramente en estas pocas líneas hay más de una falsa dicotomía, pero no viene mal plantear la cuestión de este modo cuando se trata de justificar un libro de entrevistas que, como su título lo indica, pretende poner la filosofía en diálogo. ¿Hay filosofía en estas entrevistas? ¿Son realmente diálogos filosóficos? Y más generalmente, ¿se puede filosofar dialogando o la fi losofía acaece realmente en la reflexión solitaria e íntima y, entonces, no se vuelca sin pérdidas en las sinuosas aguas de la comunicación?
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