Sumario: | Los cubano-americanos se encuentran entre los pocos grupos de emigrados o exiliados que han logrado integrarse y triunfar en su nuevo país en tan sólo una generación y media en lugar de las tres normalmente necesarias. Eso les llena de orgullo. Cada millonario cubano es celebrado dentro de su comunidad como un éxito propio, cada fracaso como una mancha a borrar u ocultar. La de Campa no es una historia de triunfo. Incapaz de reconocer como propio el mito del cubano vencedor capaz de vender cualquier cosa a cualquier persona, Campa fue un marginal en gran parte para su propia comunidad. Perseguido en Cuba, fue al menos libre en los Estados Unidos, pero libre como sólo lo son los hombres sin tierra, su libro y su vida son el retrato de un Miami incómodo que no aparece en las guías turísticas de Miami, en algún lugar entre South Beach y Coral Gables.
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