Sumario: | El objetivo principal de la tesis es determinar la imagen que España tiene en Costa Rica, qué significa presentarse en ese país como español. Para ello se analiza la historia compartida, el denominado aprendizaje social, los avatares que ha sufrido esa imagen a lo largo de los siglos. A continuación se hace una breve presentación de la Costa Rica de hoy a través de los factores que son determinantes en la formación de la imagen de otro país: lazos primordiales como la raza, la religión, la identidad cultural, las relaciones familiares. Se tiene en cuenta a continuación la forma en que España se presenta, cómo ejerce su diplomacia pública hoy, cómo influye en el país a través de su acción exterior. Finalmente, se dedica un capítulo especifico al análisis de la información que sobre España aparece en la prensa de Costa Rica en dos periodos de tiempo: los seis últimos meses de 2009 y de 2012, con el fin de determinar mediante un estudio comparativo el reflejo que la crisis ha podido tener sobre la imagen de España en el país. La conclusión fundamental de la tesis es que España ha mantenido hasta hace muy poco una imagen claramente positiva en Costa Rica. Determinados rasgos propios del país, favorecían esa percepción positiva de lo español: el reducido porcentaje de su población indígena, el hecho de basar su identidad nacional en héroes que nada tuvieron que ver con la etapa colonial; en el convencimiento del carácter mayoritariamente blanco, pacífico y democrático de su población trasmitido con fuerza en su educación; sus arraigadas convicciones católicas como país aun confesional; la aportación que los propios emigrantes españoles hicieron a esa sociedad costarricense a principios del siglo XX; el no haber necesitado a España para su posterior desarrollo ni económico ni institucional ... Sin embargo, esas bases sobre las que se ha asentado la buena imagen de España están cambiando. En lo que se refiere a Costa Rica el país está dejando de ser la excepción que un día fue y sus indicadores se están igualando a gran velocidad a los de sus países vecinos. hay todavía numerosos elementos que juegan a favor de España. El primero y fundamental es la cercanía que el costarricense siente hacia lo español. Una proximidad que, a pesar de la indudable y arrasadora influencia de Estados Unidos, se sustenta en fuertes lazos familiares y culturales, factores clave en la creación de confianza, favorecidos por la reciente asimilación de más de 3.000 costarricenses como ciudadanos españoles como consecuencia de la Ley de Memoria Histórica. Pero más allá de esa proximidad, muy cotidiana en algunos casos, lo cierto es que Costa Rica como país hace ya tiempo que dejó de mirar al otro lado del Atlántico. En lo que se refiere a España, se están alternado los factores que definían su imagen en el país, aumentando el peso de la actividad de su empresa privada en detrimento de su tradicional diplomacia cultural. Su perfil de "poder blando" en el que tradicionalmente se ha movido tan bien, no es ya válido. España ejerce de "poder duro" en Costa Rica, no a través del sector público sino del capital privado. Y es también la empresa privada la que está asumiendo, por los recortes económicos de la administración pero también, en mi opinión, por un error de prioridades, los terrenos que hasta hace poco eran los propios de la diplomacia cultural. Un proceso que tiene muchos riesgos para la imagen de España pero que todavía es posible revertir en positivo, siempre y cuando haya una actuación consciente por parte de los responsables de la diplomacia pública.
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