Sumario: | La frontera como experiencia de vida configura un mundo de vivencias que no ha sido debidamente evocado por los historiadores, más interesados en reconstruir el enfrentamiento entre las sociedades indígena e hispanocriolla que en redescubrir sus interpenetraciones, puntos de contacto y focos de mutua atracción. Cualquier conocedor del pasado de nuestra frontera sabe sobradamente bien que la guerra no fue la única forma de relación entre indios y "blancos"; la frontera jugaba, en este sentido, un papel decididamente ambiguo; separaba y ligaba a la vez. La guerra fue así seguida y aun acompañada por no menos intensos intercambios comerciales, y el temor, el recelo y el rechazo no fueron la única manera de percibir al otro.
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