Sumario: | Tal y como demuestran las frecuentes y numerosas encuestas realizadas a los consumidores actuales, cada vez son más las personas que buscan llenar sus vidas con sentido y no con meras posesiones. Esta búsqueda del sentido es lo que está provocando un giro en las expectativas frente al mercado, la oferta laboral e, incluso, la propia naturaleza del capitalismo. La sociedad empieza a considerar de manera creciente que las empresas deben ser responsables tanto ante ella, como ante las propias exigencias del mercado. Se impone un nuevo concepto de empresa humanista gestionada de manera que sus clientes, empleados, socios comerciales e inversores desarrollen un vínculo emocional con ella, al modo del equipo deportivo favorito de cada uno. Las empresas humanistas o las empresas que se hacen querer intentan optimizar su valor no sólo para sus partes interesadas, sino de igual modo para la sociedad en su conjunto. El valor que crean no sólo es económico, sino también emocional, social y de experiencia. Las personas que interactúan con estas empresas se sienten seguras y satisfechas de trabajar o comprar en ellas, formar parte de sus inversores y tenerlas en su entorno.
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