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La edad de la información y de la digitalización ha <U+000d><U+000a> generado un importante cambio de enfoque en la sociedad <U+000d><U+000a> actual, y ha provocado un cambio drástico en la forma en <U+000d><U+000a> la que se crean y distribuyen los consumos de diferentes <U+000d><U+000a> espectros creativos y culturales: los contenidos <U+000d><U+000a> digitales. Desde que el hombre empezó a pintar las <U+000d><U+000a> primeras pinturas rupestres y las primeras historias <U+000d><U+000a> alrededor de la primera hoguera, la forma como la sociedad<U+000d><U+000a> se modela alrededor de la transmisión de conocimiento y <U+000d><U+000a> entretenimiento, solamente había sufrido un cambio previo <U+000d><U+000a> tan importante, la impresión de Gutenberg. En los últimos <U+000d><U+000a> años, las tecnologías digitales e Internet han generado <U+000d><U+000a> una nueva forma de entender toda la producción creativa y <U+000d><U+000a> cultural que ha revolucionado industrias que hasta la <U+000d><U+000a> fecha habían dominado el sector, contribuyendo a la <U+000d><U+000a> generación de nuevos ecosistemas y de nuevas formas de <U+000d><U+000a> informarse, formarse, relacionarse, entretenerse y <U+000d><U+000a> divertirse. Es necesario que los nuevos pensadores <U+000d><U+000a> digitales del siglo XXI contribuyan a visualizar todas las<U+000d><U+000a> nuevas oportunidades que se abren en el horizonte de la <U+000d><U+000a> sociedad humana, para de esta forma poder aprovechar al <U+000d><U+000a> máximo este nuevo concepto que puede generar un fascinante<U+000d><U+000a> proceso evolutivo.
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